En un principio se planteaba el éxito en el deporte como el fruto solo de la condición física del atleta, y todos los objetivos del entrenamiento y del trabajo iban dirigidos en esta dirección. Esta visión actualmente está obsoleta, pues se sabe que hay otros aspectos que influyen en el éxito deportivo. Así pues, en la actualidad, cualquiera que este en contacto con el mundo deportivo confirmará que el entrenamiento psicológico es una parte fundamental del entrenamiento.
¿Pero realmente se está llevando a cabo esta visión? ¿Realmente se le está dando cabida al entrenamiento psicológico?
El deporte es un ámbito en que mente y cuerpo se exigen al máximo. Y no hay nada más bonito para un deportista que encontrarse en la situación de "flow", en la situación en que tal es la coordinación mente-cuerpo, que no parece existir nada más en aquel momento que los propios deportistas y el objetivo a conseguir, en la que se actúa de forma casi “automática”, y en la que todas las horas pasadas de esfuerzo y sacrificio dan resultados, percibiéndose como un momento reconfortante. El entrenamiento psicológico contribuye a poder llegar a este estado, provocando el control psicológico del deportista y consecuentemente el aumento de su rendimiento deportivo.